Alejandro Hartmann revela cómo fue hacer “Rockstar”, el documental de Duki en Netflix

Los últimos trabajos de Alejandro Hartmann tuvieron como eje tres crímenes famosos que él describió en los documentales ¿Quién mató a María Marta?; El fotógrafo y el cartero, el crimen de Cabezas; y Los hermanos Menéndez (acusados, en Estados Unidos, del crimen de sus padres). Esta vez, la pasión creativa de un artista de 29 años reemplazó a la sangre y el horror de los casos mencionados, y con más de quinientas horas de filmación, reportajes inéditos y declaraciones sorprendentes de Duki, Hartmann estrena en Netflix: Rockstar: Duki desde el fin del mundo. Y en diálogo con PERFIL, el director revela cómo fue realizar la que es la “primera película” de Mauro Ezequiel Lombardo Quiroga, más conocido como “Duki”, que se estrenará en octubre próximo.

—¿Antes de ingresar a este proyecto, qué conocías de Duki?
—No había visto mucho de él en particular, salvo algún clip. Me acuerdo en particular de uno se llama Loca de Khea, con Duki y Cazzu. Muchas veces me pongo a ver clips como parte de mi inspiración, es como un lugar donde yo me alimento bastante.
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—¿A quiénes escuchaste así de ese modo?
—Además de Duki ,había escuchado Bad Bunny y trap en general. No un montón pero un poco escucho.
¿Por qué los shows de River fueron un momento de quiebre para Duki?
—¿Y algún prejuicio tenías respecto de ese estilo de música?
—Sí, un poco porque naturalmente siempre soy prejuicioso.
—¿Vos ingresaste habiendo ya material de archivo de Duki?
—Yo entré la película hace un año y medio aproximadamente y Guido (Adler, fotógrafo) lo venía siguiendo hacia ya dos años. Entonces un poco yo me encontré con unas quinientas horas de material de Duki que había ya filmado Guido, más otros materiales. Incluso se había intentado armar un corte previo.
—¿Hubo algún tipo de condicionamiento respecto de qué y cómo mostrar a Duki?
—Mirá, mi primera pregunta fue, “Bueno, pero voy a tener libertad para retratarlo como yo tenga ganas”.

—¿Y qué pasó?
—Después que conocí a Mauro (nombre real de Duki) me di cuenta que sí, que iba a poder hacerlo así. Y bueno, nos pusimos a ver todo el material que había, incluso los recitales de River (de diciembre de 2023). Pero todavía quedaba lo del estadio Bernabéu (NdR: fue en Madrid, en junio de 2024). Así que entre todos surgió la idea de filmar ese recital que sería el final del documental. Yo filmé toda la parte de España.
—¿Vos sumaste las entrevistas?
—Y a mí me pareció que había que hacer entrevistas a todo el mundo. En las más de quinientas horas había algunos pocos reportajes. Entonces entrevistamos a los diferentes partícipes del ‘mundo Duki’, y la principal que es a Mauro (Duki).
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—La participación del padre y la madre de Duki parecen claves en su vida profesional. Y sorprende la decisión que tomó su padre y también lo que él le dice a su hermano en una terrible discusión.
—Sí. Por eso enseguida nos dimos cuenta que había una gran historia. Una familiar y una de vida. Ya en todo el material que había registrado Guido (Adler) veías que la familia estaba todo el tiempo presente. Y cuando nos pusimos a charlar con ellos y a entender cuál era la historia, nos dimos cuenta de esos elementos muy dramáticos.
¿Por qué se dice que Duki le dio un ‘upgrade’ al trap argentino?
—En el documental él dice: “Yo soy Mauro, Duki es mi traje de superhéroe”…¿vos estuviste más con Mauro que con Duki?
—A ver, siempre le dije Mauro porque me lo presentaron de esa manera. Y la primera persona con la que hablé fue Nahuel (su hermano e ingeniero de sonido) que también lo llama Mauro. Entonces comencé a conocerlo por su familia y no desde el lugar profesional. Y esa me pareció la mejor manera de acercarme a él para así poder retratar a Mauro, tener una película mejor, y no una que simplemente sea de puro elogio de Duki como personaje.
—Imagino que estás acostumbrado a trabajar en equipo en cine. ¿Cómo fue trabajar en un equipo que como el de Duki que ya está consolidado?
—Somos muy parecidos porque está todo muy organizado,, hay mucha disciplina. La única diferencia en este caso, me refiero a filmar lo del (recital) Bernabéu es diferente porque hay una sola oportunidad, y tiene que salir bien. Es decir, no hay posibilidad de repetir escenas. Quienes hacemos documentales, en general, queremos captar ese momento único.

—Hay un frase que dice Duki que me sorprendió: “Me salvó la pandemia”, y no se refiere a lo económico precisamente.
—Sí, es fuerte y muy interesante. Fue un punto de giro narrativo en el documental. Nos pareció que era genial porque, para mí, lo que tiene de interesante es que lo que para muchos es uno de los peores recordados, un momento de tristeza, de muerte, de encierro…de repente, para otros (como Duki) fue un momento de sanación.
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—Sos padre de dos adolescentes, ¿cómo reaccionaron cuando les dijiste que estabas trabajando en el documental de Duki?
—Mis hijos saben de la confidencialidad que hay que tener con mi trabajo, así que saben muy bien que no podían comentarlo con nadie hasta que se anunciara la fecha de estreno. Ellos son fans, sus amigos, también, y se lo tuvieron que aguantar. Incluso uno de ellos estuvo en el rodaje, se sacó fotos con Duki pero no la pudo subir a redes ni mostrarla. Así que todo fue una locura.

—¿Cómo fue la primera proyección del documental con Duki y su familia presentes?
—Fue muy fuerte y estuvo buenísimo. Vinieron Sandra y Guillermo (madre y padre de Duki) y Nahuel; su hermana Candela no pudo. A mí me daba bastante miedo porque no sabíamos cómo se lo iban a tomar. Nahuel y Sandra ya había visto partes, pero Guillermo, no. Y se sintieron contentos y yo me sentí muy bien porque traté de hacer un retrato con amor, pero no complaciente. Hacer la oda a Duki no era mi idea.
—¿Qué significa para vos no ser complaciente con Duki?
—Que había que mostrar todo, incluso momentos complicados como el que tuvo en una primera gira por España; y otros en los que está divino. Y también mostrar lo importante que es la contención de su familia, y la de su equipo.
—¿Más allá que ‘Rockstar’ es una canción de Duki, hubo otros títulos tentativos para este documental?
—El título se me ocurrió a mí, creo que fue el primero que se me ocurrió, y por suerte sobrevivió. Y yo creo que al final del día sí, él es un rockstar con todo lo que esa palabra significa o con todo lo que denota. Es un rockstar y actúa como tal, tiene las dudas y las contradicciones de un rockstar. Eso es lo convierte en un personaje tan atractivo, tan interesante y tan complejo.

—¿Qué desafío te generó como realizador dado que Duki es un “rockstar” que aún no cumplió 30 años y tiene muchos años de carrera?
—Eso fue algo que fue algo que charlamos bastante. Por eso se decidió contar el camino a River donde se produce la pregunta que le hacen en la conferencia de prensa: “Ya hiciste todo esto, ¿qué más vas a hacer?”. Mauro no puede contestar, deja el micrófono y se va. La angustia ante esa pregunta es lo que mueve al documental, es el qué sigue después.
—¿Y aparece la respuesta?
—Sí, Mauro me dice: “Me gusta esta mierda desde el primer día, y terminé descubriendo que si toco en un boliche para treinta personas o toco en el Bernabéu, lo que me importa es lo que me pasa a mí, y la conexión que yo tengo con esa gente, sean sesenta mil o sean treinta personas.
—Eso suena medio una frase de coaching emocional.
—Nada que ver. De alguna manera el recital del Bernabéu fue la puerta de entrada a Europa. Por eso, después de eso, se fue a tocar en boliches europeos. Es decir, comenzó un nuevo camino, empezó de cero. Eso sí, eso no está registrado en Rockstar.
EI CP
Fuente: www.perfil.com